Manzanares, tierra dura gente afable, un día te
dejé ahora vuelvo para quedarme.
Pueblo de ricas costumbres, de buen corazón y alma, dame la mano y anda.
Enséñame tus calles, plazas y viandas. El niño
dice a su abuelo llévame a jugar al rio, al lado del árbol gordo.
Largo paseo dimos a ese castillo, hasta llegar a
la plaza, pasando por su calle ancha.
Seca llanura manchega, de buenos caldos y
quesos,
que empieza en la vereda, seguimos por su calle
empedrada, atravesando la plaza y acabando en la gran fábrica.
Ermitas, teatros y casino; balcones, iglesias y
danza ;
grandes casas calatravas, rincones y callejones,
por donde pasó Don Quijote y su fiel Sancho Panza.
Desde el puente de la reina hasta el molino
grande hay un rio de cultura, de artistas de ahora y de antes.
No me olvides Manzanares, un día te dejé
y ahora vuelvo para
quedarme.
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